Centrada en satisfacer las necesidades de los clientes de los mercados de autoservicio y quioscos, la Magicard K incorpora toda la experiencia de Magicard en impresión directa de tarjetas en un paquete personalizable que puede configurarse para adaptarse a una infinita gama de aplicaciones.

Expulsión configurable

La velocidad y el ángulo de expulsión de la Magicard K son personalizables, lo que permite que la impresora se adapte a una amplia gama de quioscos.

Ubicación de rechazo configurable

Las tarjetas defectuosas, como las que no se han codificado correctamente, se expulsan a una ubicación de rechazo configurable.

Seguridad mejorada

La Magicard K tiene la capacidad de imprimir una marca de agua antifraude HoloKote® en cada tarjeta. También tiene la capacidad de recibir hasta cuatro HoloKotes® personalizadas antifraude directamente en la impresora a través de la herramienta web de Magicard. Y con Digital Shredding(TM), una vez que los datos se han utilizado en un trabajo de impresión, se fragmentan, haciéndolos irrecuperables, ayudando a asegurar que la Magicard K no es un depósito de datos.

Alta Calidad

La Magicard K tiene un amplio espectro de colores que hace que cada impresión sea vibrante y rica en colores - perfecta para fotografías en tarjetas de identificación y una representación más precisa de logotipos corporativos y otras imágenes. Capaz de 600 x 300 dpi resina sólo para permitir texto legible en tamaño de fuente pequeño (≥5 puntos).

Clix(TM)

Controle la Magicard K desde el navegador web de un teléfono, tableta o escritorio con CLIX. Los usuarios pueden enviar una tarjeta de impresión de prueba, cambiar al modo de alimentación manual, establecer preferencias de recordatorio de limpieza y recibir alertas cuando la película de tinte se esté agotando, todo ello desde un dispositivo móvil o un ordenador cuando la impresora esté conectada a una red.

Alerta de consumibles

Se activa una alerta en la pantalla de la impresora a través del controlador cuando el número de tarjetas sin imprimir en la tolva de entrada cae por debajo de un nivel establecido por el usuario para que puedan reponerse.